No es tan escasa mi producción de tebeos como creo. He encontrado entre los originales muchos encargos que han tenido ese tratamiento artesanal aunque no han sido difundidos para el consumo general y por los cauces ordinarios. He usado la historieta como vehículo para servir a la educación del público más variado: niños, profesionales, técnicos, etc.
Todo ésto mientras hago películas me ha impedido definir, concretar mi estilo, el lenguaje visual para comunicarme con el público. Ha sido, como he dicho otras veces, algo más próximo al divertimento que a la búsqueda de mi personalidad estética. A pesar de que muchos me dicen que reconocen mi estilo entre la maraña de trazos que garabateo en el papel.
El cómic lo he usado como forma de ganarme la vida sirviendo a los intereses del cliente más que para expresarme con mi propia grafía.
A veces me arrepiento de esa elección... otras no. Me lo he pasado bien haciéndolo.
Hoy quiero enseñar unos trabajos en forma de historieta para un determinado cliente (Un clúster empresarial) que me contrató para formar empresarios. Siempre me han dejado total libertad en cuanto a la manera de hacerlo.
Bocetando los personajes. Los rayados son la pesadilla del protagonista motivada por una cena demasiado copiosa. |
El protagonista de enfrenta a su familia en la pesadilla. La línea más clara del protagonista representa el mundo real. |
Demasiado texto, pero no teníamos suficientes páginas. ¡Cómo me gusta Chaland! |
¡Comienza la pesadilla! |
Al cliente no le pareció oportuno que el protagonista condujese a su casa en tan lamentable estado. Así que cambié la viñeta y lo monté en un taxi. |
Muestro las "tripas" del proceso que he utilizado para hacerlo. Desde el layout de la página pero sin llegar al color para no arrogarme el arte de otros. Tiene la característica de que combino dos estilos gráficos para separar el mundo real del de los sueños o pesadillas.
Tus personajes están llenos de vida.
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